jueves, 28 de enero de 2010

Haruo


Alguna vez dije que no volvería a involucrarme con perdedores, pero me involucre una vez mas, creo que lo haría una vez mas, es así como conocí a Haruo, un músico asiático, antes me había relacionado con un pintor, y también resulto un desastre, no crean que soy un elitista, porque me relaciono con puros artistas, simplemente eran mis gustos, porque me siento algo artista o quería serlo, y quería tratarlos.

Yo trataba de crea un espacio en mi lugar para él, para su música, para que se sintiera cómodo pero a veces también creo que quería soñar lo que no era, buen fue lo que el me dijo, quitándome los ánimos de complacerle.

Los sonidos de su música eran muy estimulantes, sobre todo en el sexo, me hacia recordar algunas películas que hablan de viajes donde aparecen elefantes, ahora recuerdo la bella, maravillosa e inolvidable “La vuelta al mundo en 80 días”, famosa obra de Julio Verne, llevada al cine, recuerdo una versión con Cantinflas en Hollywood, ¡Oh Que paisajes!


Me escape del trabajo, pero no renuncie ni nada de eso, pedí descanso medico por tres días, pudo ser mentira, pero pensé, podría escribir un articulo, cuento o libro, para ver si podía ganar dinero sin hacer mucho esfuerzo.

En esa época tenía algunas deudas, pues verán, puede que tenga muchas cosas, para eso están las tarjetas de crédito pero no necesariamente he pagado todo, estaba pasando por una mala situación económica, no es que fuera a pedirle dinero a Haruo, yo solo quería que el me acompañara en esos momentos, pero él prefería irse con su música a otro lado con mejores vibras, me decepciono mucho que no se quedara en el momento que mas lo necesitaba.

Aunque tenía unos hábitos que no me gustaba como sacarse la queratina de los oídos y tirarla al piso, yo me molestaba para no le decía nada, le gustaba andar desnudo en la casa eso si me gustaba mucho, tenia un bonito cuerpo, decía que antes de ser músico había sido constructor civil haya en Tokio, Japón, al volverse artista, aprendió muchos idiomas y le permitió viajar y llegar a Sudamérica me contaba con su español enrevesado, con su mirada torva, y esquiva, con algo de barba en el mentón, y su rostro algo alargado, su cuerpo largo, algo musculoso, algo dotado.

Discutíamos por los momentos de silencio, cuando yo quería silencio, él se ponía hacer su música, cuando yo quería hablar el quería silencio, estábamos desconectados.


A veces optaba por masturbarme, algo que él detestaba, se ponía celoso por mis fantasías me preguntaba si eran maliciosas o perversas, si lo que fantaseaba ya lo había hecho, una vez le conté una fantasía que había tenido mientras me masturbaba, y que le había cumplido como ir a tener sexo como un presidiario en la cárcel en su celda, otra fue de visitar a un muchacho que vivía con sus padres abuelos me pareció divertido, tener sexo en su cuarto, mientras los abuelos rondaban por allí cerca, terminamos, volví a la promiscuidad, alguna vez lo volví a ver y lo trate como trataba a mis amantes casuales lo llevaba a mi casa, tenia sexo y si no estaba de humor le pedía se fuera a casa, él también odiaba eso, porque se había acostumbrado que yo lo mantuviera.

Un jueves en la que fue toda una mañana sexual, se quedo ayudarme hacer la lavandería, fue muy amable, terminamos almorzando juntos, él cocina muy bien, creo que esperaba la reconciliación, bromeando le dije que el domingo pensaba visitar un presidiario y tener sexo en su celda, se enfureció, me gustaba verlo molesto, luego le dije la verdad, nos besamos y tuvimos sexo.

Puse algo de Madonna, movimos el cuerpo, que es tan importante, se transmitía tanta energía, ganas de bailar, danzar y hacer yoga.

Pero no volví con él, quiero cambiar, no podía seguir con lo mismo, si volvía con él era como seguir yendo a la cárcel, a visitar al presidiario de la prisión a dar limosnas.

Ahora conozco gente mas exitosa por así decirlo, ahora no se que hacer, porque tengo que ser algo exitoso para entenderlos, no se tratar con ellos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario